Spiridón Louis |
El primer ganador de una maratón olímpica era un pastor de 24 años que se llamaba Spiridón Louis. Se encargaba de llevar el agua desde su fuente en las afueras de la ciudad hasta los animales que resguardaba, en las colinas griegas. Lo rescató un militar que lo conoció en el servicio obligatorio, el coronel Papadiamantopoulos. Lo vamos a llamar el Papa. Finalmente, nuestro pastor gana y se convierte en el símbolo de una nueva Grecia, un invento británico que comenzó en esa época la reorganización del oriente medio, un bochorno imperial que culmina luego de la segunda guerra mundial.
Spiridón no volvió a correr después de 1896. Tampoco volvió a afeitarse, pues un barbero le regaló una afeitada diaria por un año. Recibió otros regalos, como una copa de plata que entregó a un museo, o el que pidió él mismo al rey Jorge I, un carro tirado por asnos para levantar el agua. El regalo más controvertido que recibió fue convertirse en el abanderado de Grecia para las olimpíadas de Berlín 1936, recibiendo incluso el saludo del Führer Adolfo Hitler.
De cualquier manera, el mejor obsequio que se llevó fue el premio de la corona de laureles, porque en aquellos años aún no se había establecido la medalla de oro.